DESCRIPCION
Las murallas de Toledo existían desde los tiempos romanos, pero debido a su decadencia notable, en el año 674 fueron reconstruidas por el rey visigodo Wamba.
Las que aún hoy pueden admirarse son de origen árabe y fueron acabadas por Alfonso VI, quien entró a la ciudad en 1085.
Wamba no solo reconstruyó las murallas sino que fortificó otros sitios de la época como Hondarribia (Funetebarría), pequeña aldea de España situada en un promontorio frente a la frontera francesa, sobre la bahía de Txingurri.
Durante su gobierno, Wamba mantuvo bajo su control a Astures y Ruccones incorporandolos a una nueva provincia.
Según cuenta el propio Alfonso III: "En tiempos de Wamba, 270 barcos de sarracenos atacaron la costa de España y allí todos ellos fueron quemados".
Wamba decreta que, sin importar su religión o pais, todas las personas deberan prestarse a defender el reino si este es atacado por un enemigo extranjero.
En Pampliega, cerca de Burgos, Wamba es envenenado, se supone que por su sucesor Erwigio, quien cuenta con la complicidad de Julían de Toledo, quien habria obtenido como recompensa por sus servicios el puesto de primate de la iglesia de los Visigodos.
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