DESCRIPCION.
Tras derrotar a los Alanos en el año 428 d. de C., los visigodos se convierten en los amos de Toledo. Dada la posición estratégica de esta ciudad, Atanagildo se instala en ella con su corte y Leovigildo la nombra, posteriormente capital del reino, posición que mantiene hasta el año 711, cuando los musulmanes conquistan la ciudad.
Los visigodos llaman a la ciudad Tulaytulah y la convierten, casí de inmediato, en un imponente centro de producción artesanal, por un lado, y de producción de armas, por el otro.
La población, debido al aumento de actividades, crece de manera constante hasta alcanzar la cifra de cuarenta mil habitantes.
Cuando desaparece el califato cordobés, Toledo se convierte en un reino independiente, situación que mantiene hasta el año 1085, momento en que, finalmente, luego de varios intentos fallidos, el rey Alfonso VI de Castilla consigue reconquistarla.
Los siglos de dominio visigodo cambiaron profundamente a Toledo, cuya arquitectura se vio favorecida como pueden contemplar, afortunadamente, los visitantes de la ciudad en la actualidad, gracias a los monumentos, casas y otras muestras de ingenieria que se mantienen, todavía, en pie.
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